A la hora de invertir, existen varios conceptos que conviene tener en cuenta de cara a maximizar
nuestras estrategias, como stop loss, margin call, rollover o short
squeeze. Uno de estos conceptos es el apalancamiento financiero, una técnica de gran
popularidad dentro de los mercados financieros que permite a los usuarios invertir más
capital del que realmente disponen. Pero cuáles son sus riesgos?
Qué es el apalancamiento financiero?
Podemos distinguir distintos tipos de apalancamiento: el apalancamiento externo, por el que un
tercero presta dinero, e interno, que se refiere al que ofrece el propio instrumento financiero.
El apalancamiento financiero externo a través de un préstamo es una técnica de inversión que
emplean tanto particulares como empresas y que se basa, básicamente, en la
deuda. En concreto, este mecanismo consiste en endeudarse con un tercero (un
broker, generalmente) para acometer una inversión, ya sea porque no disponemos de los fondos
suficientes o porque no queremos comprometer la totalidad de nuestro capital. De este modo, los
usuarios pueden obtener una mayor exposición al mercado, combinando su capital propio con los
fondos prestados.
A través del apalancamiento financiero, los inversores pueden acceder a productos
financieros incluso cuando no disponen de los fondos necesarios para cubrir su
valor. Este mecanismo puede disparar considerablemente la rentabilidad de nuestras operaciones,
ya que, al aumentar la cuantía de los fondos que se invierten a través de un préstamo, el tamaño
de las posiciones se multiplica sin comprometer el capital propio. Sin embargo, también aumenta
el riesgo, y de igual manera que la rentabilidad puede dispararse por invertir más dinero del
que se posee, las pérdidas también pueden multiplicarse. Así, si las
operaciones no salen como se había previsto y el mercado se mueve en dirección inversa, los
inversores pueden llegar a perder más dinero del que habían invertido e, incluso, llegar a
endeudarse con su prestamista.
A la hora de recurrir al apalancamiento financiero, es importante
asegurarse de que la rentabilidad que se podría obtener con las operaciones es mayor que
la deuda en la que se incurriría. En este análisis, se debe tener en cuenta que las
operaciones apalancadas están sujetas a unos intereses que aumentan en función del dinero que se
pida y que deben abonarse incluso cuando las operaciones no generen buenos resultados. Por ello,
es imprescindible analizar si el rendimiento que podría obtenerse con la operación, en caso de
ser positiva, sería mayor que el coste de la deuda. Además, antes de incurrir en este tipo de
inversiones, es aconsejable conocer bien el producto en el que se quiere invertir y nuestro
nivel de tolerancia al riesgo.
El apalancamiento financiero interno, por su parte, es el que ofrece el producto en sí. Esta
característica de algunos instrumentos financieros consiste en permitir a los inversores
adquirir una exposición más elevada que el dinero que necesitan aportar como margen
o garantía.
Al igual que en el caso anterior, las ganancias o pérdidas se calculan a través del valor
nominal de la posición, esto es, el valor del instrumento multiplicado por el
apalancamiento interno.
Por ejemplo, el índice Ibex-35 tiene un apalancamiento interno de 10 euros. Por ello, cada punto
que varíe su valor, el inversor ganará o perderá 10 euros.
Hay otros productos que tienen un apalancamiento superior, como el índice alemán DAX (25 euros),
por lo que el valor nominal y, por lo tanto, la exposición y riesgo, serán superiores.
Cómo se calcula el apalancamiento?
A la hora de calcular el apalancamiento, se deben tener en cuenta los dos tipos que
existen:
Apalancamiento externo
Al recurrir al apalancamiento financiero externo, los usuarios aportan solo un porcentaje
del valor total de la operación, quedando el coste restante cubierto por el
prestamista. Las pérdidas y la rentabilidad, sin embargo, no se calculan sobre la porción
aportada por el inversor, sino sobre el valor total de la operación, es decir, se calcula
teniendo en cuenta tanto la parte procedente de los fondos propios del inversor como la parte
cubierta con deuda. Con base en este principio, las operaciones apalancadas puede generar tres
tipos de resultados:
- Positivo: en este caso, la rentabilidad obtenida con la operación es
superior al coste de la deuda. Es el mejor tipo de resultado posible, ya que genera
beneficios para el inversor.
- Neutro: en este caso, la rentabilidad obtenida con la operación es igual al
coste del capital invertido. No se obtienen ni pérdidas ni ganancias.
- Negativo: en este caso, la rentabilidad obtenida con la operación es
inferior al coste de la deuda. Es el peor resultado posible, ya que genera pérdidas para el
inversor.
El grado de apalancamiento de una operación se expresa en medidas fraccionadas, por ejemplo, 1:2.
En este caso, por cada euro que invirtamos de nuestro capital, en realidad estaremos invirtiendo
dos: uno procedente de nuestros fondos y otro prestado, por lo que nuestra
deuda será de un euro. Para calcular cuál será el apalancamiento de nuestras operaciones, se
debe dividir el valor de la inversión entre los fondos propios que se han invertido:
A la hora de analizar si una operación apalancada resultará beneficiosa,
se debe calcular el ratio de apalancamiento financiero, que se obtiene al
multiplicar el resultado de dividir el valor total de la inversión entre los recursos propios
invertidos por el cociente obtenido al dividir el beneficio obtenido antes de impuestos entre
los beneficios obtenidos antes de intereses e impuestos.
Si el ratio de apalancamiento financiero es superior a 1, el apalancamiento
será adecuado, ya que generará beneficios. Si es inferior a 1, en cambio, será
inadecuado, ya que no aumentará la rentabilidad.
Apalancamiento interno
Al invertir en instrumentos que tienen apalancamiento financiero interno, el inversor
puede adquirir una exposición más elevada al precio del instrumento y al margen
que se retiene como garantía al abrir la posición.
El apalancamiento interno se calcula multiplicando el precio del instrumento por el multiplicador
interno. Por ejemplo:
![Ejemplos de apalancamiento financiero]()
Cada instrumento requiere un margen determinado para poder abrir la posición, que se calcula
sobre el valor nominal total. Por ejemplo:
De esta forma, un inversor puede abrir una posición sobre el DAX, cuyo
valor nominal son 460.000 euros y sólo necesitaría 23.000 euros de margen. Si el valor del DAX
aumenta de 18.400 a 18.405, la ganancia del inversor no serían 5 euros, sino 125 euros (5 * 25
euros). Lo mismo ocurre si el precio baja a 18.390: la pérdida del inversor serán 250 euros (10
* 25 euros).
Qué productos tienen apalancamiento?
Existen varios productos que utilizan el apalancamiento financiero para ofrecer a los inversores
la posibilidad de invertir con más dinero del que realmente poseen. Estos
productos permiten ganar más exposición al mercado sin tener que aumentar el capital invertido y
se caracterizan por aumentar tanto los beneficios como las pérdidas potenciales de una
operación. Entre estos, se encuentran:
- CFD: los CFD
o contratos por diferencias son un acuerdo entre un inversor y una entidad por el que se
acuerda intercambiar la diferencia de precio del activo entre el momento de apertura y
cierre del contrato de inversión. Algunos CFDs pueden tener liquidaciones diarias, por lo
que será necesario tener en cuenta las características de los CFDs de cada entidad.
- Futuros: son productos por lo que dos partes acuerdan intercambiar un
producto financiero en un momento determinado y por un precio estipulado previamente.
- Opciones: son acuerdos firmados entre dos partes en los que se establece un
precio para la compra o venta de un activo en un periodo concreto. A diferencia de los
futuros, en los que las partes firmantes tienen la obligación de cumplir con el acuerdo, las
opciones ofrecen el derecho, por lo que una de las partes firmantes del contrato no está
obligada a vender o comprar el activo sobre el que se firmó el acuerdo.
Cuáles son los riesgos del
apalancamiento financiero?
El apalancamiento financiero es un mecanismo que puede multiplicar tanto los beneficios
como las pérdidas de los inversores. Estos productos emplean tanto capital propio
como capital de terceros, por lo que, al incurrir en ellos, se genera una deuda sujeta a unos
intereses que deberá abonarse independientemente de los beneficios obtenidos con la operación.
Al recurrir a este tipo de estrategias, por tanto, existe no solo el riesgo de obtener pérdidas,
sino también de caer en la insolvencia. Por ello, es importante que, antes de comenzar con sus
operaciones, los inversores analicen si la rentabilidad que podrían obtener sería
suficiente para cubrir los costes de la deuda. Para reducir el riesgo de
insolvencia, además, los inversores deberán evitar las operaciones apalancadas si no disponen
del capital suficiente para abonar posibles pérdidas.
A la hora de invertir, los inversores deberán ser conscientes de su nivel de
tolerancia al riesgo. Para maximizar las estrategias, es recomendable que analicen cuidadosamente el producto con
el que se quiere operar y que vigilen los movimientos de sus posiciones. Tener conocimientos de
análisis podrá ser de ayuda de cara a predecir los posibles cambios que puedan afectar a
las posiciones abiertas y maximizar nuestras estrategias. En cualquier caso, se
deberá tener en cuenta en todo momento que el apalancamiento puede traer importantes pérdidas
económicas, por lo que la inversión en este tipo de operaciones resulta desaconsejable para los
usuarios más principiantes.
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